martes, 8 de marzo de 2016

Petita suite en cinc moviments per a les quatre estacions Col.lecció Bernaví


Cinco etiquetas para cinco botellas y solo cuatro estaciones, así empieza este reto.


En el mes de abril de 2015  el Celler Bernaví se ponen en contacto conmigo para que diseñe una etiqueta para sus vinos. Cuando nos conocemos y conocen mi obra, deciden que no van a pedirme una etiqueta, sino ¡cinco! Cinco etiquetas para cinco de los  vinos que elaboran. Y además a través de esas etiquetas  querían que contara lo que sus vinos me sugirieran y que explicara la filosofía de la bodega.
La conexión fue inmediata y de regreso a casa  una idea se apoderó  en mi cabeza: dotar a esta colección de una continuidad  narrativa. Que narrase lo que Marco Bernava, uno de los responsables de la bodega, me contó:
—En nuestra viña todo viene de la tierra y todo vuelve a la tierra.

Un eterno retorno que  enseguida relacioné con la periodicidad de las cuatro estaciones. Pero había un "pequeño" problema, las estaciones son cuatro y las etiquetas para los vinos eran ¡cinco!
Y así empieza esta aventura.

El primer contacto con los vinos fue con Garnatxa Blanca y Morenillo  enseguida asocié estos dos vinos al invierno y a la primavera. El primero por su color frío, su aroma  cítrico y la sensación de frescor que tienes al tomarlo. Ya tenía el vino del invierno. Etiqueta número uno adjudicada.

Al oler a copa parada  el Morenillo, no tuve ninguna duda  que esos aromas eran un jardín en primavera, más adelante al ver la web-site de Bernaví, leí textualmente. “Sincero, como el primer día de primavera” ¡Coincidía con los creadores del vino! Etiqueta número dos solucionada. Ahora había que crearlas, diseñarlas, buscar imágenes radiográficas adecuadas y ver como resultaban en formato plano y en formato convexo, en la botella, pero los dos primeros pasos ya estaban dados.

A los pocos días de probar Garntxa Blanca y Morenillo, llegaron a casa más botellas de vino. No sabía muy bien si esperar a la cata con la guía del Sumiller o si abrir una botella y lanzarme al vacío, que con mi poca experiencia en vinos era otro reto, y si lo hacía solo ¿con qué botella empezar?  La cosa se complicaba...
Me decidí por el nombre de los vinos y me lancé a descorchar el Tres de Tres... Olí, el tapón, y ¡olía a vino...! (lógico). Lo escancié en la copa, lo deje encima de la mesa y a copa parada metí la nariz.... Su aroma me pareció redondo como un sol de verano poniéndose tras las colinas, olía a  la tahona de los veranos de mi infancia, a levadura. ¡Vaya! –pensé, he acertado abriendo esta botella, le da continuidad al proyecto.
Debo decir que de las cinco etiquetas, esta es la que más trabajo me ha dado, ese nombre  de significado tan abstracto, Tres de tres,  debía de expresar a través de un diseño concreto y con tres elementos la esencia del vino y además  de la bodega, no sé  por qué me empeñé en esto último. ¡Tres elementos diferenciadores del resto de las etiquetas! Además era la imagen central de la colección, y sería la más visible. Y quería hablar de las tres uvas que componían el vino y de  las tres personas responsables de la bodega, de las cuales a dos no conocía,  Gino y Ruth...

             

Las otras dos botellas que me quedaba me sugerían aromas típicos del bosque,  decidí que Ca’Vernet y Akrònim, debían ser los vinos de otoño... y cual fue mi sorpresa que el orden de mi presunto etiquetado coincidía con el orden de cata sugerido por el sumiller.
Personalmente  creo que Ca’Vernet es un vino de transición del final del verano a principio de otoño, las uvas sin estar maduras empiezan a pintarse, las tímidas un poco, las más valientes ya muestran parte de su color definitivo, pasa igual con las hojas de la vid, empiezan a dorarse, y poco a  poco el otoño todo lo tiñe de oro y llega el triunfo de la vendimia. La mano del hombre recoge el fruto de su trabajo. Es la apoteosis de la tierra, de la cosecha, es el triunfo de la uva y el triunfo del vino.
Ahora venía el otro trabajo elegir elementos radiográficos que hablaran de esta historia y de estos vinos.

Vinos y radiografías, la fusión de imágenes y sensaciones




Garnatxa Blanca, decidí utilizar arteriografías renales para simbolizar las raíces de la vid. De igual modo que los riñones obtienen el agua que necesita el cuerpo humano filtrando los elementos, así, las raíces  mantienen en pie la vid y la   alimentan.

Morenillo, La explosión de la primavera, el color de los campos y la fertilidad de la tierra resumida en una imagen radiográfica: una histerosalpingografía; fotos de úteros simbolizando esa fuente de vida. Colores de amapola, ginesta y lavanda salvaje elevándose por los aires, y una espiral que recuerda el rojo cerco de vino que deja el pie de la copa en un mantel de lino blanco.

Tres de Tres, La idea de esta etiqueta surge después de una conversación telefónica con Marco:
 -Imposible quedar contigo, problemas en la viña, debo de vigilar la uva.
El Sol de verano sugerido por el vino sería una retinografía, simbolizando el ojo del vigía que cuida la viña ante las peligrosas tormentas de verano y, también, el ojo del artista que, a través de su mirada, se inspira para la creación.
Para terminar la etiqueta tres luminarias que preceden al atardecer, bien visibles en los cielos de verano, Saturno, Marte y Spica. Tres estrellas que treinta años atrás un amigo me regaló para que en las noches de verano,  cuando mi mirada se perdiera en el cielo estrellado, me acordara de él.
Saturno, nombre romano del titán  Cronos, simboliza el ciclo del tiempo, dios de la agricultura y la cosecha todo viene de la tierra y todo va a la tierra. Marte, dios de la guerra, e identificado con el Ares griego,  no es simplemente un Ares romanizado, sino, además, una deidad puramente itálica, patrón de muchas ciudades, y tribus como la de los sabinos y los etruscos. ¡Que bien pintaba esta idea!,
Y la tercera luminaria ¡era una estrella!, no me podía creer la suerte que mi amigo me daba con este regalo guardado durante treinta años, dos planetas  y una estrella, dos hombres y una mujer. ¡Cuán bella analogía y qué adecuada! ¡Pero, además, el nombre de la estrella era italiano! Spica, y para los romanos esta estrella simbolizaba a Ceres, diosa de la agricultura. ¡Mejor imposible! (Claro, no os he dicho aún, que los hombres  de esta historia y esta bodega son italianos y la mujer española, Dos planetas con nonbre en castellano y una estrella con nombre italiano, Los papeles no se invierten, se complementan en los cielos estrellados de las noches de verano)

Para terminar esta  etiqueta, en  la parte de abajo, vemos una especie de regueros de agua después de la tormenta, tiene una doble lectura, los campos y las lágrimas que deja el vino en las copas  y está inspirado en estudios fotográficos que realicé de este vino. Debo decir que estas “aguas”  en la etiqueta son angiografías de las arterias coronarias.


Ca’ Vernet y Akrònim. Dos etiquetas una sola estación. El otoño, es la estación más importante en el proceso del vino. ¡Llega la vendimia! El trabajo del artesano que ha realizado durante todo el año después de la cosecha anterior da su fruto.  Las manos del hombre recolectan la uva y empieza el proceso final. El vino que ha inspirado este trabajo.
Estas dos etiquetas están realizadas con radiografías de manos, que simbolizan ese esfuerzo y recuerdan las hojas de la vid, estas manos sostienen triunfantes un racimo de uvas,  uvas que en realidad son mamografías, símbolo del alimento primigenio del ser humano, la lactancia materna vinculando ese alimento con la uva, una de las bayas conocidas con  más antigüedad de este modo dos alimentos ancestrales quedan relacionados a través del acto creativo. El proceso ha terminado.


          
Terra Alta, su paisaje como elemento conductor de estas etiquetas.




Dos líneas casi paralelas circulan por las cinco etiquetas como elemento  de continuidad. Parece el paisaje de Terra Alta, pero en las dos ultimas etiquetas la montaña que sigue siendo montaña se convierte en sarmiento, en un pequeño juego visual, donde tierra y  planta forman un solo elemento.
Esa línea paisajista  es en realidad una arteria coronaria. Símbolo del corazón, del amor y respeto hacia la tierra y el  trabajo y símbolo del pulso y ritmo de la vida.

Vaya todo el blog y ni una sola foto de las etiquetas.... ¡No me he olvidado! ¡Si queréis ver las etiquetas tendréis que  abrir la caja...

...y probar el vino!