martes, 22 de diciembre de 2015

Si no puedes comprarte un "Goya", ¡píntalo!

Esta, supongo, va a ser por el momento mi última entrada de este año 2015. En mi exposición A los Inocentes Desconocidos, quería hacer una reflexión sobre la guerra, y las personas que mueren en ellas sin ser soldados y entre estás víctimas desconocidas e inocentes incluía los animales a través de un cuadro que si fuera litaratura sería una parafrasis de un cuadro de Goya, que ya  no una copia; ese cuadro de Don Francisco está en el Prado, y es sin lugar a dudas mi cuadro preferido de dicha pinacoteca. A veces he ido al Prado solo para pasar un rato con él. Y siempre que voy con alguíen lo enseño como si formara parte de mí. Bueno a lo que iba, mi sueño sería tener ese Goya en casa, pero como no es posible, decidí recrearlo a través de mi particular visión de hacer arte a través de una radiografía de una mano con un dedo amputado. Os presento el resultado:

Para no desilusionaros también os presento el original, así que os invito  en la primera ocasión que tengáis de ir a El Prado no dejéis de acercaros a verlo, esta junto a la salas de la denominadas  pinturas negras. Perro semi-hundido o simplemente El perro, pertenecía a los frescos de la denominada "Quinta del sordo"


jueves, 13 de agosto de 2015

¿Nervios?... ¿Quién dijo nervios? ¡Es terror!


"Grumpy, otra bloguera amiga, me pidió, hace tiempo, que describiera  como era el proceso previo a la inauguración de una exposición y aquí están las líneas que escribí para su blog, que es muy interesante y, por supuesto, debéis visitar en cuanto podáis. An old grump and a beautiful person




Al  pensar como es este proceso lo único que piensas es: esta,  es la última que hago, claro que siempre es a boca cerrada, pero con un gran grito interior. Para mí, el proceso empieza un año o dos antes, por ejemplo  la que previsiblemente tendré en Mayo de 2016 se está preparando desde ¡octubre de 2014! 
Visitar las salas disponibles, presentar un proyecto atractivo (esto es lo más aburrido, ya que es meramente burocrático, trabajo administrativo y de impresión), decidir lo que me gusta y lo que no me gusta, etc. Claro, que antes de este trabajo de secretario, hay que tener preparada una colección que te convenza, cosa que suelo empezar a dibujar, mentalmente, entre 8 y 20 meses antes de exponerla. Es el caso de la colección “Fósiles del Planeta Gavín”, que empezó a hervir en Abril y vió la luz en Octubre, fue ¡todo un récord. ¡Seis meses!  Otro récord ha sido mi trabajo para  El Celler Bernaví  se gestó en solo un mes, ¡¡pero un mes de más trescientas horas de trabajo!!
Una vez tengo la obra, tengo la sala y pongamos que  quedan un par de meses para inaugurar, por ejemplo; hay que enmarcar la obra, esto es fácil, ya que siempre empleo el mismo marco para simplificar y unificar la sala. Pero... ¿Qué paspartout será el adecuado? Nimiedades, cierto, pero es otra  elección más. Resuelto esto viene la confección del título de la obra, aunque a veces el proceso es al revés, para ese paso no hay método ni orden, primero el título y a través de él, la obra.

Llega la fase del embalaje. ¡Es el reinado del caos! Más o menos con un mes de antelación abarroto nuestra casa de cajas de cartón plegadas, que luego servirán junto con el papel de burbujas, las cantoneras y el papel de embalaje para que la obra llegue entera a la sala.  Penúltima fase: toca transportarlo todo. En un principio abusaba de mis amigos, con el tiempo he terminado por contratar un transporte, que a veces pago yo y a veces paga la la sala, aunque esto último cada vez es menos frecuente. La excusa: ¡¡la crisis!! Siempre hay una crisis... 
La preparación de las cartelas es uno de los trabajos no sólo más aburridos sino también más difíciles. Han de quedar legibles, elegantes y, por encima de todo, sin erratas o faltas ortotipográficas. Elegir la fuente, el color, el fondo, imprimirlas, cortarlas, pegarlas en el cartón pluma y, por último, cuando la obra esté colgada, colocarlas con mimo para que queden todas lo más simétricas posibles. Este proceso sucede unos días antes.





Entramos en la recta final. ¡Por fin ha llegado la obra a la sala! Comenzamos  con el montaje. Siempre exijo técnicos de montaje. Si el equipo es bueno, el montaje es una delicia, si es malo mi estado mental y físico acaba más próximo de entrar en un cuarto de críticos de urgencias que al aspecto estupendo que debes tener  un artista al inaugurar una exposición.
El día previo al evento lo ocupa el montaje de luces. A estas alturas ya llevo varios días con graves problemas intestinales que aquí no voy a describir... ¿Dormir? ¿Qué es eso? Y por fin el día "D", (bueno, el día "I", de inauguración). Últimos retoques, dudas. En cierta ocasión, en una de mis exposiciones la mañana antes desmonté una pared con 22 cuadros que guardé en el almacén de la sala para montar en esa misma pared solo tres obras de otra colección. La inquietud se transforma en angustia vital ¿Vendrá algún invitado esta tarde? ¿Gustará el vino? ¿Habrá suficiente? Es un sinvivir: la obra está colgada, la sala iluminada, el cóctel a punto, los primeros invitados entran y  a pesar de el apoyo de mi marido, a pesar de los amigos e invitados, la soledad que me embarga es tan grande y vacía que es indescriptible.



Y  el miedo, se disimula tras la sonrisa.

Tú eres tu obra.  Decía el gran Gustav Klimt.  «Si alguien quiere conocerme, que mire mis cuadros». Y tenía razón, en ellos está reflejada toda tu alma. Estás indefenso y totalmente desnudo. Paréntesis de vacío absoluto. Espero que al menos el público sea benevolente. ¿Vender? Bueno eso está bien, muy bien, una exposición genera muchos gastos..., pero vender a veces no es tan importante. Los artistas somos seres débiles, exhibicionistas e inseguros, (al menos yo),  y necesitamos un abrazo, una palmada y un visto bueno para seguir adelante.
                                           
Se va el público, se apagan las luces, cierran la sala y te preguntas ¿Y ahora, qué?"

miércoles, 1 de julio de 2015

Dias de vino y vino



Escribir un blog no es difícil, lo difícil es que lo que escribas interese al personal....

Estoy trabajando en un nuevo proyecto, nuevo en dos sentidos, primero por lo obvio, algo que no se ha hecho nunca es nuevo y en segundo lugar por tratarse de un formato desconocido para mi, etiquetas de vino. Es un trabajo apasionante, ya que tienes que formar parte del elemento líquido que contiene la botella, en ese contenido está el espíritu de la bodega y de las manos que la trabajan y la miman. Y tambien en la botella en si, su color su forma... Para centrarme en el trabajo, después de hablar con los interesados, de leer y de tomar vino, decidí tener una base y escribí este pequeño cuento, espero que os guste:

 

Cuento del Celler de Bernaví

Ha nevado, todo se confunde, los campos, las viñas el cielo, debajo del manto blanco, las raíces protegidas por la tierra esperan la nieve líquida que ha traído  la primavera; y cuando llega la primavera los colores,  los campos, las viñas,  todo renace, poco a poco el cielo se torna rojo en los ocasos de verano;  al atardecer, Saturno, Marte y Spica, dos planetas y una estrella, anuncian la noche mientras el sol  devora la humedad de la tierra; el hombre vigila el territorio esperando que llegue le otoño que todo lo tiñe de oro, los campos, las viñas, las uvas. Las manos expertas  que han cuidado estas tierras nos ofrecen el vino que de ellas hemos  obtenido. ¡Cuidado, llega el invierno, ha nevado!
                                                                                                Javier Comas


Conte del Celler de Bernaví

Ha nevat, tot es confon, els camps, les vinyes el cel, sota el mantell blanc, les arrels protegides per la terra esperen la neu líquida que ha portat la primavera; i quan arriba la primavera els colors, els camps, les vinyes, tot reneix, a poc a poc el cel es torna vermell a les tardes d'estiu; i cap al tard, Saturn, Mart i Spica, dos planetes i una estrella, anuncien la nit  mentres  el sol va devorant la humitat de la terra.  L’home vigila el territori esperant que arribi la tardor que tot  ho torna daurat, els camps, les vinyes, el raïm. Les mans expertes   han fet cura d’ aquestes terres  que ens ofereixen el vi que d'elles n'hem obtingut. ¡Aneu en compte, arriba l'hivern, ha nevat!
                                                                                                 Javier Comas

Por si queréis saber más de su vino, os dejo su web: 

Celler Bernaví

viernes, 3 de abril de 2015

De concursos, premios y otras hierbas...

              Frailejones morados d'en Joanot
PREMIO RSNA 2014 Mejor imagen del año
 
 
Siempre que me presento a un concurso y no lo gano, o no me mencionan pienso: "Este concurso está amañado". Cosa que no pienso cuando es lo contrario... y quedo en un buen lugar. Como todos sabéis el arte es muy subjetivo, lo que a mi me fascina puede que a otro le espante. Para gustos están los colores. Lo mejor de un concurso es presentarse de jurado. Te tratan bien y siempre aprendes algo. Para mi, que he sido jurado en dos ocasiones, he aprendido que no ganar un concurso no significa que tu obra no sea la mejor. Ocurre a veces que el nivel de artistas es tan bueno o tan competitivo que es muy difícil llegar a  conclusiones exactas ... Entonces intervienen otras cuestiones más técnicas o personales, opiniones de otros jueces, sensaciones...
Y entre unos y otros se elige la obra ganadora. Y es que el arte es así. Bello y subjetivo. Y a veces  hasta duele
 
Bodegón
Mención de honor Ayuntamiento de San Martín de la Vega 2007
 
 Eclipse 2
 Premio Fundaçao Exteril 2008
Oporto, Portugal
 

La flor de la vida
 
Finalista
II Concurso de Arte Ginefiv España
 
 
 Arrels
 Presentado a Agora Gallery Contest, New York, obra seleccionada y no premiada



 

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miércoles, 25 de marzo de 2015

Árboles de mis recuerdos

Siempre me han fascinado los chopos y las choperas. No descubrí estas formaciones de árboles hasta los ocho años. Donde yo nací, El Prat de Llobregat, Barcelona,  había algún chopo disperso, pero hasta que no llegué a un pequeño pueblo de la Sierra del Moncayo y descubrí el Rio Aranda, no penetré en sus frondosas inmensidades, sombras y frescura.
Gotor, Zaragoza
 Las choperas de Gotor, Zaragoza, hacían del calor del verano, brisa de primavera y del cegador Sol, agradable penumbra. Entrar en las choperas, solo o acompañado con amigos, convertían un bosque en catedral, unas ramas en arcos góticos y contrafuertes, el canto de los pájaros amortiguado por las hojas y el río, en música callada.
Gotor, Convento de los Dominicos
La naturaleza se convertía en júbilo arquitectónico y contemplación espiritual a veces intima y a veces compartida. Diez años disfruté de los veranos de mi vida en Gotor. Recuerdos desde la infancia hasta la adolescencia. Recuerdos de personas y lugares que no olvidaré jamás. Este cuadro es para la gente de Gotor... y especialmente para mi amigo y cuidador Jesús Gaspar Marín. Su título. "Árboles de mis recuerdos".
Árboles de mis recuerdos, 200 cm x 180 cm
12 piezas de 100 cm x 30 cm
Realizado con Flebografías

Presentación del Libro "No Tengo edad" y entrega al pueblo de Gotor
 de la obra plástica "Árboles de mis recuerdos".
Escudo de Gotor

Convento de los Dominicos

Rio Aranda